Aquella mañana se desvelaría el misterio que se encontraba bajo aquella sábana. La tela custiodaba el fresco y la inscripción que proclamaba al nuevo rey, uno de los hijos de Hagia.
Bajo la pintura, presidida por sus tres valientes hijos, cazadores y navegantes, y sus tres esposas se podía leer: “No le busquéis a él. Buscad sus actos. No busquéis a Renon, buscad su escalinata”.
Todo el mundo aseguraba que Renón, criado del rey Hagia, habría sido el mejor Rey del Imperio Cretense sino hubiera aparecido ahorcado con la sábana que custiodaba el lienzo y su inscripción, donde se podía leer:
“Los cobardes sólo sabemos servir a un rey, nunca a un pueblo”. lib